Han dado fruto veinte años de investigación enológica, renovación de bodegas, inversiones en maquinaria de embotellado, promoción en ferias y marketing de marcas. A primeros de los noventa, el vino murciano aún arrastraba los calificativos de ‘peleón’ y ‘a granel’. Ahora se ha convertido en ariete de la ‘marca Murcia’. El punto de inflexión se dio el año pasado, cuando por primera vez los caldos con denominación Jumilla, Bullas y Yecla desbancaron a los vinos de mesa en las exportaciones.

A lo largo del 2013 salieron 122.692.840 litros de vino murciano fuera de las fronteras españolas. Su venta al exterior proporcionó 158.931.900 euros, el doble que al inicio de la crisis (76.666.300 euros en 2007) y el triple que hace una década (53.369.040 euros en 2004), de acuerdo con los datos del Instituto de Comercio Exterior (Icex).

Tales datos significa la consolidación de los caldos de la Región en el mercado internacional, tras romper la barrera de los 150 millones de euros en 2012 (153.461.620, para ser exactos). La novedad estriba en que, por primera vez en la historia, los cosecheros, crianzas y reservas con denominación de origen han sido los mejor comercializados. Ya en 2012 alcanzaron la paridad con los vinos de mesa, tras alcanzar los 68 millones de euros, pero el año pasado los caldos de calidad supusieron la mitad del resultado de las ventas, 79.476.890 euros, tras un aumento del 14,6%. Los vinos de mesa, por su parte, experimentaron una caída del 20% y se quedaron en 53.900.560 euros de facturación. El resto (dulces, espumosos, cavas, vinos de licor y sangrías) aportó 25.554.450 euros, un 42,5% más.

El mayor peso de los vinos de calidad en las exportaciones tiene una consecuencia: se ingresa más vendiendo menos cantidad. Así, en 2011 se batió el récord histórico en volumen, con 154 millones de litros, pero la facturación fue de 129 millones de euros, 30 menos que el año pasado.

El mayor comprador de vino murciano fue el Reino Unido, con 23 millones de euros, seguido por Estados Unidos (21 millones), Nigeria (15,9 millones), Japón (7,7); Ghana (6,7), Portugal (6,4), Suecia (6); Dinamarca (5,3), Alemania (5,1), México (4,8); Suiza (4,6), Canadá (4,5), Italia (4,3); Guinea Ecuatorial (3,6), Burkina Faso (3,5) y Francia (3,1).

Con todo, los dos mercados más cortejados por los bodegueros murcianos en las últimas ferias internacionales todavía se hacen de rogar: China solo compró caldos por valor de 2,5 millones de euros y Rusia, 1,9 millones. Los dos gigantes suman menos que lo facturado en un país tan pequeño como Suiza. Ello, sin embargo, indica que Murcia está lejos de tocar techo si avanza entre los consumidores de esas dos potencias.

¿Y cómo van ahora las exportaciones? El Icex solo cuenta con datos de enero, pero son muy ilustrativos. Durante ese mes -tradicionalmente el peor en ventas del año-, la facturación aumentó nada menos que un 85,76% con respecto a enero de 2013, hasta alcanzar los 19.482.810 euros tras la exportación de 15.845.470 litros. Nunca se había ingresado tanto en un solo mes con las exportaciones de vino. La anterior marca estaba en octubre de 2013, con 17,6 millones de euros. Lo más significativo estriba en que octubre siempre ha sido el mejor mes del año en exportaciones, por lo que el presente ejercicio puede dar muchas sorpresas.

Motor económico

Las Consejería de Agricultura y el Instituto de Fomento (Info) no dudan en resaltar que la vinicultura se ha convertido en uno de los motores de la economía regional. Pese a mantenerse sobre el pilar de la cepa Monastrell, las 86 bodegas de la Región han adaptado con éxito variedades tintas complementarias, como Garnacha, Cencibel, Cabernet-Sauvignon, Merlot y Syrah. Los vinos blancos, por su parte, se elaboran con las variedades Macabeo, Airén, Pedro Ximénez y Malvasía.

Durante el año pasado se produjeron 662.603 hectolitros de vino murciano, de los que el 46,1% se elaboró bajo las condiciones de los consejos reguladores de las denominaciones de origen. Al embotellado se dedican 79 bodegas y empresas, con capacidad para 241.690 hectolitros/año. El 80% de los caldos que se embotellan en la Región se venden al exterior.

La primacía del sector la ostenta Jumilla. Si bien el 55% de la superficie de viñedo está en seis municipios de Albacete, casi todas las bodegas (44, de las que 39 embotellan bajo marcas propias) se encuentran en la ciudad que da nombre a la denominación de origen. Un total de 2.189 viticultores proporcionan la uva. De los 184.645 hectolitros comercializados en la campaña 2012/2013, el 43% (80.249) se exportaron a treinta países. De ellos, el 90% fue embotellado y el resto, a granel, lo que da idea del afianzamiento de las marcas murcianas.

Los caldos de Yecla son muy poco conocidos en el resto de España por una razón: el 92% del volumen bajo denominación producido por las 8 bodegas del municipio (70.000 hectolitros el año pasado) es exportado. Un total de 503 viticultores están registrados en la denominación.

La denominación Bullas, por su parte, engloba a nueve municipios. Aparte de la localidad homónima están Cehegín, Caravaca, Calasparra, Moratalla, Mula, Ricote, Pliego y las pedanías altas de Lorca. Sus doce bodegas están más volcadas hacia el mercado español. Solo el 40% de los 10.000 hectolitros comercializados bajo denominación se exporta. Eso sí, el 100% va embotellado. Los viticultores inscritos suman 364.

Aunque han retrocedido en exportaciones, los vinos de mesa figuran entre los que mejor cotizan este año junto con los de La Mancha. El hectogrado de tinto a granel (cada grado de alcohol contenido en 100 litros) se pagaba en las bodegas murcianas a 3,85 euros la semana pasada (a primeros de marzo llegó a 4,17 euros), frente a los 3,69 de la media nacional.